Todo empieza con un sueño. Una situación dada, entre lo vívido, lo etéreo y lo inverosímil, que surge del deseo, el placer, el miedo o la aprehensión registradas en el inconsciente. El proceso de soñar es una especie de vaciado nocturno en el que la mente selecciona elementos aparentemente azarosos de lo conocido, lo escuchado y, a veces, incluso lo olfateado, tejiéndolos en relatos crípticos o brutalmente obvios. Cada sueño construye un lenguaje propio, un vocabulario de signos que se organizan según las asociaciones del usuario, una fuerza magmática que genera sin cesar nuevas posibilidades de imaginación y experiencia (Berardi, 2021). Alimentamos esta maquinaria con datos, con un flujo incesante de información que entra y sale de nuestra conciencia, formando redes y patrones, mientras que gran parte de este input desaparece sin dejar rastro. Una arquitectura en constante cambio.

Uno de los ejes centrales de la exposición surge de un sueño recurrente de la infancia de Simón Medina: un paseo por el bosque con su madre la lleva hasta un lago, donde en el fondo yace un caballo sumergido. Al acercarse para verlo mejor, su madre cae al agua quedando atrapada bajo la superficie. La imagen de este sueño tiene una fuerza de contemplación magnética; sin embargo, todo lo que cae dentro del lago se vuelve inaccesible, convirtiéndose en un objeto de apego y deseo con el que no se puede interactuar, solo observar. Según el teórico de medios y artista Alexander Galloway, en un sueño, aquello que se presenta de manera más evidente es, paradójicamente, lo que resulta más invisible en términos prácticos[1]. En este caso, lo visible —el caballo sumergido y la madre atrapada— representa lo intangible: el apego y el miedo a la desconexión. Por otra parte, la imagen del caballo también remite a la historia del caballo Hans “el listo”, cuyo entrenador sostenía que el animal podía resolver operaciones matemáticas. En realidad, Hans solo respondía a gestos y sutiles condicionamientos derivados de su interacción con el entrenador. Esta anécdota es frecuente en la teoría de medios como un paralelismo con los procesos de la inteligencia artificial (IA): el sistema aprende, pero dentro de los límites impuestos por su programación; su "inteligencia" depende, en última instancia, de nuestra disposición a creer en ella.

En Diving Clouds (Nubes de buceo) la imagen del caballo sumergido también funciona como una metáfora de la infraestructura submarina de internet, una red física oculta bajo el agua que sostiene la ilusoria ligereza de la "nube". La exposición propone un cambio de perspectiva: si internet es una red material, con costos ecológicos y económicos tangibles, ¿cómo podemos representarlo visualmente?

Lucía Simón Medina parte de lo onírico como herramienta metafórica para abordar la arquitectura de internet y la transmisión de datos. Nos enfrenta a la paradoja de un mundo digital que percibimos como intangible, inmaterial, cuando en realidad se sostiene sobre una infraestructura física profundamente anclada en el lecho marino, entretejida con cables que llevan nombres igualmente vaporosos como Anjana[2] o Atlantis. A través del dibujo a mano, la investigación de archivos, la recopilación de sonidos y el análisis de textos, la artista traza una serie de mapas visuales en un esfuerzo de dar forma a lo invisible, de mediar entre la abstracción del mundo digital y la materialidad de su arquitectura oculta. Estas cartografías también revelan los residuos, las cicatrices y las historias que el agua nos devuelve sobre el verdadero costo computacional.

La red de cables actual sigue las rutas preestablecidas por la red de telégrafos. Esta malla submarina fusiona el pasado, el presente y el futuro a partir de emisiones de datos y de su almacenamiento. Visto desde otro punto de vista, el entramado de cables recuerda a las líneas de canto[3] de los aborígenes australianos: rutas invisibles pero sonoras tendidas por los antepasados durante el Dreamtime[4] (Tiempos de los Sueños) a lo largo del territorio austral, las cuales guían a quienes pueden entonar su canción. Una transmisión de temporalidades geológicas, biológicas y computacionales en el fondo oceánico, donde el pasado y el presente colisionan en flujos de intercambio y almacenamiento de información a través de un mapa de cables en constante crecimiento (597 cables submarinos a la fecha. Un presente fantasmagórico construido sobre rastros de un pasado continuo, tal como el primer mensaje transatlántico por telégrafo emitido en 1866 entre el presidente de los Estados Unidos James Buchanan y la reina Victoria. Los ecos de las 98 palabras emitidas en ese mensaje tardaron 16 días para ser recibidas en su integridad.

Como parte de estos cuestionamientos, Simón Medina retoma cuatro textos como ejes centrales: Computing Machinery & Intelligence (1950) de Alan M. Turing, Are Some Things Unrepresentable? (2011) de Alexander Galloway, The Third Unconscious (2021) de Franco ‘Bifo’ Berardi y Atlas of AI: Power, Politics, and the Planetary Costs of Artificial Intelligence (2021) de Kate Crawford. Cada uno de estos textos se corresponde a un dibujo en el que la artista los transcribe a mano, convirtiéndolos en mapas, diagramas y rizomas, de los que extraen tres palabras clave. Estos dibujos visibilizan metodologías de aprendizaje analógico que bien deconstruyen e ilustran los procesos de input utilizados para alimentar la inteligencia artificial estableciendo ramificaciones de significados a partir de palabras clave. Asimismo, la selección de estos textos, también denota una radiografía de los diferentes momentos y efectos de la era de las telecomunicaciones.

En su ensayo sobre lo irrepresentable, Alexander Galloway plantea que los datos, en su estado puro, carecen de forma visual. Solo existen en tanto que se organizan y se hacen visibles dentro de una red de información. Para entender esto, vale la pena traer a colación las etimologías de estos dos términos "datos" e "información" que el mismo Galloway menciona en su texto. Aquello que denominamos "datos" se refiere a "aquello que ha sido dado”: hechos, mediciones, registros "crudos" que permanecen después de que la marea del ser retrocede (Galloway, 2011). La "información", por otro lado, es el acto de dar forma a esos datos, de organizarlos en una narrativa comprensible –o instrumentalizada— apelando a la plasticidad intrínseca en su práctica. Esto último recuerda a la reflexión que la teórica de medios, McKenzie Wark hace entre la ficción (fiction) y los hechos (facts). Aunque comúnmente se consideran opuestos, tienen su origen en una similitud básica: una práctica. Ambos son acciones que se insertan en el mundo y cuya importancia y existencia están intrínsecamente vinculadas. Por lo tanto, es innegable que la ficción se encuentra en el núcleo mismo de la reproducción de los hechos, ya que siempre hay una interferencia por parte de quien informa. Esta agencia radica en su etimología compartida: (lat.) fingere/fictio: «dar forma». Como señala Wark: a veces necesitamos una ficción para mantener unidos los hechos[5].

En Computing Machinery & Intelligence (Maquinaria computacional e inteligencia), Alan Turing parte de la pregunta si las máquinas pueden pensar, planteamiento que después se ve modificado por la ambigüedad que el definir "pensamiento" o "consciencia" implica. Con el fin de argumentar esta postura, Turing introduce el Imitation Game (hoy conocido como el Test de Turing), una dinámica tripartita en la que un interrogador tiene que descubrir cuál de los dos personajes en el cuarto contiguo es hombre y cuál es mujer, de acuerdo a una serie de preguntas. La comunicación entre estas personas es únicamente mecanografiada. Uno de los interrogados puede dar respuestas que engañen y alteren las conclusiones del interrogador, mientras que el otro puede ayudarlo. Este rol puede intercambiarse entre los interrogados a lo largo del interrogatorio. Es así que Turing se pregunta ¿qué pasaría si una máquina tomara el sitio de uno de los interrogados? ¿Sería capaz la máquina de imitar estas sutilezas del lenguaje para confundir al interrogador?

Teniendo en cuenta objeciones filosóficas y matemáticas, Turing aborda la inteligencia como un fenómeno basado en la interacción, en sistemas de aprendizaje y en la adaptación. Sin embargo, aunque en la actualidad los modelos de IA pueden procesar lenguaje, responder preguntas e incluso generar ideas de forma contextualizada, su "comprensión" es estructural y basada en patrones, no en una experiencia subjetiva ni en conciencia. Sigue estando delimitado por la programación y los datos con los que se “entrena”, tal como lo sugiere la analogía del caballo de Hans.

En The Third Unconscious (El tercer inconsciente), Bifo Berardi remonta los tres momentos históricos del inconsciente: el freudiano que identificó una represión de los impulsos sexuales y el deseo placentero en favor de la «normalidad» sustentada por los pilares de la vida pública moderna «Ciencia, educación y laboriosidad» y de la vida privada «Matrimonio, monogamia y familia nuclear». Dicha represión dio lugar a la neurosis. Un segundo momento de este inconsciente se ve transformado por la velocidad de acceso y consumo de la información. La saturación y accesibilidad de estímulos libera el deseo mientras que abruma al placer. El deseo se celebra como el impulso del consumo, la competencia y el crecimiento económico, mientras que el placer se ve pospuesto. La psicosis toma así el lugar de la neurosis, de la mano de la ansiedad, los trastornos de atención y el pánico. Finalmente, Berardi esboza los despuntes del tercer inconsciente: una época marcada por el caos, la conciencia de la mortalidad y la finitud, el desapego emocional y corporal encarnado por el COVID impulsado por la sobre (des)información. Un bio-info-psico virus que separa cuerpos y sus emociones, apoyados por autismo y alexitimia como inmunizadores de la experiencia humana.

Por último, Atlas of AI: Power, Politics, and the Planetary Costs of Artificial Intelligence (Atlas de IA: poder, política y el coste planetario de la inteligencia artificial) de Kate Crawford expone el sistema de extracción y explotación que sustenta la inteligencia artificial, desmontando su percepción como una tecnología neutral en el imaginario colectivo. Un ejemplo claro es la minería de materiales como el litio y el silicio, fundamentales para la fabricación de hardware, cuyos impactos ambientales y laborales son devastadores. Asimismo, la infraestructura de datos y los servidores demandan enormes cantidades de energía y agua para su mantenimiento.

Estas problemáticas se reflejan en Atlas, un dibujo de 3 metros en el que Simón Medina recopila y amplía los datos mencionados por Crawford sobre las principales empresas tecnológicas, los vertederos de basura electrónica más importantes (Ghana, Nigeria, China, India, Bangladesh, Pakistán y Palestina), los doce mayores centros de datos del mundo y las minas de silicio, evidenciando también los principales núcleos de poder y explotación. A través de esta cartografía, la artista visibiliza también la red de cableado de internet, las arquitecturas que albergan y representan a estas corporaciones, así como los países con las mayores reservas de litio resaltados con grafito.

Mediante la superposición de dibujos a mano y collage digital, la artista traduce el lenguaje complejo de los textos académicos y la teoría de los medios en representaciones visuales que revelan la tensión entre el flujo veloz de las tecnologías digitales, la temporalidad pausada del gesto manual y el procesamiento intelectual humano. El trazo del dibujo se convierte en un acto de resistencia contra la inmediatez de la computación, en una manera de devolverle escala humana a una realidad dominada por la velocidad y la virtualidad.

En última instancia, Diving Clouds nos confronta con la contradicción de un mundo digital que parece intangible pero que deja huellas profundas en el paisaje, en la ecología y en nuestra propia psique. La exposición nos invita a sumergirnos en estos mares de información, a descifrar las historias sumergidas en su arquitectura y a repensar el imaginario de la tecnología desde una estética que no solo busca representar lo visible, sino también dar forma a los impactos ecológicos, cognitivos concretos que yacen en la sombra.

Así que tal vez la propia visualización de la red, incluso cuando hace alarde de su propio nivel de detalle virtuoso y altamente preciso, demuestra que hay otra historia que ocurre detrás y más allá de lo visible. En otras palabras, hay algunas cosas que son irrepresentables[6].

Referencias:

1.  Abram, D. (1997b). The Spell of the Sensuous. Vintage Books. https://projects.iq.harvard.edu/files/retreat/files/abram_the_spell_of_the_sensuous_perception.pdf

2.  Berardi, F. (2021). The Third Unconscious: The Psychosphere in the Viral Age. Verso Books.

3.  Chatwin, B. (1987). The Songlines. Penguin Books.

4.  Crawford, K. (2021). The Atlas of AI: Power, Politics, and the Planetary Costs of Artificial Intelligence. Yale University Press.

5.  Galloway, A. (2011). Are some things unrepresentable? Theory Culture & Society, 28(7–8), 85–102. https://doi.org/10.1177/0263276411423038

6.  Turing, A. M. (1950). Computing Machinery and Intelligence. Mind, 236, 433–460. https://jupyter.brynmawr.edu/services/public/dblank/CS371%20Cognitive%20Science/2016-Fall/TuringComputing.pdf

7.  RIBOCA. (2020, September 24). McKenzie Wark “Ficting and Facting” [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=YbInv9C1lY0

[1] [1] Galloway, A. (2011). Are some things unrepresentable? Theory Culture & Society, 28(7–8), 95. https://doi.org/10.1177/0263276411423038

[2] La anjana es un personaje fantástico de la mitología cántabra, referido por el costumbrista Manuel Llano en el primer tercio del s. xx. Se las ve paseando por bosques y arroyos. Se dice que conversan con las aguas que manan de las fuentes y manantiales que es donde viven. Ayudan a los animales heridos, a los árboles partidos, a los enamorados, a personas extraviadas, a los pobres y a los que sufren. Si la persona es buena, le prestarán ayuda, pero también la castigarán en caso contrario. Colaboradores de Wikipedia. (2024, December 15). Anjana. Wikipedia, La Enciclopedia Libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Anjana

El cable Anjana, propiedad de META, entró en funcionamiento en 2024 con 7.121 km que conectan a Myrtle Beach en Carolina del Sur (Estados Unidos) con la Virgen del Mar, Cantabria.

[3] Abram, D. (1997). Chapter Five: In The Landscape of Language. In The Spell of the Sensuous (p. 101). Vintage Books. https://projects.iq.harvard.edu/files/retreat/files

abram_the_spell_of_the_sensuous_perception.pdf. Traducción de la autora.

[4] El Dreamtime es el período en el que se creó la vida según la cultura aborigen por seres espirituales/antepasados. Dreaming es la palabra que se utiliza para explicar cómo surgió la vida; son las historias y creencias que hay detrás de la creación. El Dreaming no es estático ni lineal. Es el pasado, pero también es el presente y el futuro. El Dreaming está en constante evolución para explicar los acontecimientos y cambios actuales.

[5] RIBOCA. (2020, September 24). McKenzie Wark “Ficting and Facting” [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=YbInv9C1lY0

[6] So maybe the network visualization itself — even as it flaunts its own highly precise, virtuosic level of detail — proves that there is another story happening behind and beyond the visible. In other words, there are some things that are unrepresentable. Galloway, A. (2011). Are some things unrepresentable? Theory Culture & Society, 28(7–8), 91. https://doi.org/10.1177/0263276411423038. Traducción de la autora.