Lucía Simón Medina Work About Texts

El orden como sistema

Por Carmen Quijano

2015

Vivimos en un momento histórico en el que prima lo inmediato, la rapidez, el individualismo y el consumo voraz. Nuestra visión sobre el mundo, surgida de la revolución industrial, se desmorona para dar paso a algo que ni si quiera conocemos o podemos predecir con seguridad. En este contexto de inestabilidad y complejidad en el que nos encontramos, la obra de Lucía Simón Medina genera un espacio que nos invita a reflexionar sobre las diferencias entre el orden natural y el orden cultural, creando para ello un lenguaje propio y sistematizado basado en los números primos y en la interrelación de disciplinas como la música y la danza, que contienen mecanismos abstractos y universales de comunicación.

Y es que, para Lucía Simón Medina, la capacidad de comprensión de lo más complejo pasa por la observación, lenta y concienzuda, que le permite indagar en la verdad de cada planteamiento sin filtros impuestos. Las obras de esta artista rozan lo científico, tratado, eso sí, desde una plasticidad cargada de poética, desde un lenguaje personal que parece cifrar un nuevo código o mostrarnos un nuevo canal de comprensión lectora de los focos de su análisis, pero que, en definitiva, nos dotan de una nueva visión a la hora de ejercer nuestra propia mirada sobre lo que nos rodea y la comprensión del mundo que habitamos. Una vez te encuentras con su obra, conectas con puntos de lectura múltiples que parecen estar dormidos en nuestro interior y al ser despertados, pueden ir quedando resueltos cual fórmula matemática, ahora bien, de manera inconsciente, despejando incógnitas anteriormente indescifrables en nuestra forma de mirar el mundo. La artista parece moverse con fluidez por esos canales, pero con lentitud, o con la velocidad precisa que nos conduce a nuevas vías de conocimiento y aprendizaje.

El dibujo se encuentra en la esencia de la mayoría de los trabajos de Lucía Simón Medina, un trazo alejado de todo academicismo y que asienta sus raíces en la forma primigenia en la que un niño dibuja de forma azarosa y no premeditada, buscando un momento anterior a cualquier aprendizaje cultural, llegándolo a utilizar como un campo de experimentación y un acto ingenuo carente todavía de codificación.

Desde sus primeras obras se hace notar ese interés por indagar en aquellos procesos que relacionan y enfrentan situaciones del orden natural y el orden cultural poniendo a prueba su comportamiento y utilizando para ello elementos de la naturaleza, como queda patente en "Me gusta tanto lo bueno como lo salvaje". En esta pieza, resultado de un taller con Lothar Baumgarten y realizada en la Villa Iris de Santander, creó un mosaico con ciruelas, unas de cultivo intensivo y otra recogidas del árbol de la propia finca. La instalación se situó en un espacio abierto, posibilitando que los pájaros pudieran comer los frutos y haciéndoles partícipes de la pieza. El resultado de este experimento pone en evidencia la preferencia de la aves por comer aquellos productos que no habían sido modificados en su estado natural de desarrollo.

La exploración de esa dicotomía la encontramos de una manera evidente también en "The order is hanging from the edge of a table", que nos remite a la fragilidad e inestabilidad de las estructuras impuestas y realizadas por el ser humano, reforzando esta idea con la colocación de unas hojas de roble en el borde de una mesa, hojas que con cualquier mínimo movimiento y en cualquier momento podrían caer al suelo.

Con la obra " / O _ " implantó procesos sistematizados de elaboración y la invención de códigos de nomenclatura propia. Esta pieza está realizada con hojas recogidas y clasificadas de Gingko Biloba L. y de Quercus Rubra L. Durante un periodo largo de tiempo estuvo recolectándolas, remitiendo al trabajo físico anterior a la mecanización de los procesos agrícolas a partir de la revolución industrial. El título hace referencia a los colores de las hojas y a la abstracción de las formas geométricas de los materiales utilizados para la realización de la obra. En el montaje de la instalación las hojas están orientadas según el lugar de procedencia de cada especie, creando un gran tapiz natural que se contrapone a la colocación y estructura de las hojas en los árboles en la naturaleza, más caótica y orgánica. La acción de la artista nos remite por tanto a la mente analítica y clasificadora del ser racional.

A partir de este momento su investigación se abrió a otras disciplinas y empezó a elaborar sistemas basados en lógicas personales que la ayudaron a avanzar en la elaboración de sus propuestas creativas y en donde cada elemento tenía relación directa con el resto. Sus trabajos tienen una progresión secuencial en la que unos proyectos le llevan a otros y, que si bien guardan relación con los anteriores, emprenden nuevos caminos de indagación. Los números primos pasaron a ocupar un lugar principal en la ideación y realización de sus piezas, ya que su utilización le permite generar códigos personales en continua evolución y una combinación infinita de posibilidades. El resultado de esta experimentación es la construcción de lenguaje un universal y abstracto. En el año 2014 su obra "Sin título, librettos" fue seleccionada en la convocatoria Generaciones de la Fundación Montemadrid. El resultado son cuarenta y dos cuadernos que se asemejan a los utilizados para realizar notaciones musicales, pero en este caso los pentagramas han sido sustituidos por siete series numéricas de los primeros siete números primos, escritos a mano con un lápiz. De la misma manera que cuando se aprende un lenguaje nuevo, Lucía realiza un proceso sistemático y automatizado. Crea una locución y unos sonidos inéditos y personales que pueden ser experimentados por el espectador de una manera abierta y flexible.

Durante la realización de "Sin título, librettos" era habitual que tuviera que afilar el lapicero con el que escribía las series numéricas, acto que desembocaría en la realización de "Sin título, agenda". Durante siete meses afiló los lapiceros en su agenda personal en el lugar correspondiente al día en el que lo hacía. Si se quedaba sin espacio continuaba en una hoja A5. Con todo este material compuso un calendario configurado a partir de las fotografías de las páginas de la agenda que contenían anotaciones personales y grafismos, además de las ya referidas hojas A5. En esta pieza el tiempo toma una forma volumétrica a partir de una sucesión de acontecimientos vitales que nos transmiten pensamientos y vivencias personales y que dejan al descubierto el proceso mismo de ejecución. La artista desvela retazos de su vida cotidiana interactuando con el espectador para que descifre poco a poco mensajes escondidos.

En sus últimos trabajos da un paso más hacia la interrelación de las disciplinas involucrando a otros creadores en el proceso de ejecución. Genera obras polifónicas en las que intervienen varios lenguajes, como son el visual, el musical y el corporal. En "G.F.B.R.L.W.W.V.H.C.W.M.J.L.A.M.B", se parte de tres librettos escritos a mano por la artista con una serie lineal de números primos que en una segunda fase son transcritos por tres músicos y tres bailarines de forma individual. El resultado es una pieza audiovisual que tiene la particularidad de que el espectador la experimenta de un modo fragmentado y no simultáneo, cada una de las disciplinas artísticas se percibe de manera independiente. La obra final se convierte en una experiencia similar al disfrute de un menú elaborado por un chef en el que cada plato tiene su propio tempo y espacio, pero a la vez cada uno de los componentes forman parte de una pieza que les engloba y transciende.